lunes, 17 de enero de 2005

Amargura propia y decepción ajena

Qué frustrante es ver algo que está mal, que no debería ser así, que además no lo merecías, que se la suda a casi todo el mundo, y comprobar que los demás están felices y contentos y además se felicitan por ello, que a nadie se le ha encendido una lucecita roja advirtiéndole "¡Hey! ¿No crees que algo chirría en todo esto?", que nadie se ha parado a pensar que todo es absurdo, que nadie ha sumado 1 + 1, que muy muy poca gente (se puede contar con los dedos de una mano) te pregunta qué opinas de todo esto.

Pero como dice Ygren, nadie espera a la Inquisición española. Espero que tengas razón y que esto signifique algo, porque yo aún no lo sé.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lissel-Gracias... por la parte que me toca...

Naif dijo...

Que no punda el cánico. Asunto aclarado.