miércoles, 23 de marzo de 2005

¡Cómo está el servicio!

Directamente desde Japón nos llega esta serie que emula las peripecias de la sufrida Vicenta, pero con un punto de surrealismo propio del anime más demente obra de los hijos del Sol Naciente. Les presentamos a Ebichu.

Ebichu

Aquí tenemos a un hámster doméstico, así como suena, que vive con su dueña y se encarga de hacer todas las labores propias del hogar para ayudar a su ama y a su pareja, un tipo bastante desagradable que se dedica a ponerle los cuernos un día sí y otro también, eso cuando no llega directamente borracho a casa con marcas de pintalabios por toda la ropa. Pero lo peor es cuando la pequeña y apestosa rata casera se excede en sus funciones y empieza a tocarles la moral a su dueña y su novio, con nefastas consecuencias para su salud.

Ebichu

Ebichu

De todos es sabida la falta de diplomacia y mano izquierda en los hámsters domésticos. Eso le lleva a hacer cosas que no están muy bien vistas socialmente. Pero pobrecilla: Ebichu sólo quiere ayudar, poniendo todo su empeño en hacer las cosas lo mejor posible para que todo esté ordenado y limpio en el hogar. Todo.

Ebichu

Ebichu no es más que un pobre e ingenuo animal que no sabe nada de la vida. Eso le lleva a cometer errores imperdonables cuando su ama y su novio se dedican a intimar. Ebichu aguanta estoicamente las palizas a las que le someten sus dueños, ignorantes de cuánto sufre el pobre hámster. Qué lástima, no hay derecho...

Ebichu

Otra cosa que acaba con la paciencia de la dueña de Ebichu es la glotonería innata de la que hace gala este pequeño e inmundo roedor. Como todos los de su especie, se come todo lo que está a su alcance, pero su obsesión alcanza cotas especialmente peligrosas cuando se trata de queso y de helados, acabando con todas las existencias en cuestión de minutos. Su ama es incapaz de refrenar sus impulsos cuando descubre los estragos que ha hecho Ebichu en la despensa.

Ebichu

Por lo general, Ebichu es una sufrida ama de casa que tiene que soportar los malos humos que se gastan sus amos. ¿Qué opina de esto la Sociedad Protectora de Animales?

Ebichu

Pero pese a todo, Ebichu sabe que la quieren y la aprecian, y por ello seguirá dispuesta a fregar, hacer la colada, ir de compras... Qué bonita es la abnegación que profesa este animalito por sus dueños.

Ebichu

¿Para cuándo una segunda parte de la serie?

domingo, 20 de marzo de 2005

De noche todos los gatos son pardos

Y huyen de las Sacerdotisas Del Mal que los exorcizan.

Satán está en ti

miércoles, 16 de marzo de 2005

Rescatando a un clásico entre los clásicos

Esta noche recurro de nuevo al copy & paste pero esta vez para poner un texto clásico de la net hispana, algo que todos deberían leer alguna vez y que ayudaría a bastantes personas a abrir los ojos. El texto en cuestión ya tiene bastante tiempo (data de abril del 2002) y su autor es Ignacio Escolar. Estoy seguro que muchos lectores de este blog ya han tenido la oportunidad de leerlo, pero también otros muchos no han tenido esa suerte. Para ambos, aquí va este artículo indispensable (cuyo original puede encontrarse en la web de Baquia) que nunca me cansaré de leer. Y dice así...

Por favor, ¡pirateen mis canciones!
por Ignacio Escolar

Si hubiese dedicado a repartir pizzas el mismo tiempo que he empleado en la música habría ganado más dinero sólo con las propinas. La creación artística no peligra —ni mucho menos— con la distribución gratuita en Internet. Use el Napster o el Gnutella sin remordimientos. De verdad que a los músicos nos hacen un favor.

Soy un músico con suerte. Mi grupo ha vendido, por los pelos, más de 10.000 copias de su primer LP. En un mundo en el que Enrique Iglesias coloca seis millones de CDs cantando así, esta modesta cifra tampoco es para tirar cohetes. Pero si me aplicase tanto como futbolista, jugaría en primera división y, si me dedicase a la medicina con tanto éxito, sería neurocirujano. Durante un par de semanas del mes de abril de 2000, uno de nuestros singles se coló en el número diecisiete de las listas de ventas en España; el número tres, si se contaba únicamente a los artistas nacionales. Cada año salen 32.000 discos nuevos al mercado en todo el mundo y sólo 250 convencen a más de 10.000 compradores. Apenas el 0,7% de los músicos que han presentado disco el año pasado (la gran mayoría no llega siquiera a grabar) es más afortunado que yo.

Se pensarán que nado en dinero. O que, por lo menos, vivo dignamente de mis habilidades musicales. ¿Cuánto cobra el 0,7% con más suerte de su profesión? No les aburriré con cifras pero, tras tres años de esfuerzos hasta conseguir ver mi LP en las tiendas, sólo he ganado poco más de medio millón de pesetas (unos 2.800 US$) por venta de discos y derechos de autor. Apenas 14.000 pesetas al mes es lo que me ha rentado mi afortunada carrera musical. Mi parte alícuota del local de ensayo –la garantía de que mis vecinos no me echarán de casa por ruidoso– me sale por seis mil pesetas al mes. Estas navidades quemé la mitad de mis beneficios en un teclado nuevo, un capricho. Si tuviera un gerente con facultad para vetar mis presupuestos, seguiría tocando con el casiotone que me regalaron los Reyes Magos en 1986.

No culpo a la piratería de mi bancarrota. No a la de "sexo, drogas y rock and roll" que aparece en el anuncio de pésimo gusto con el que la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) intentó concienciar a los melómanos de la necesidad de pasar por su caja. Como la gran mayoría de los chiflados que malgastamos nuestro tiempo en locales de ensayo y nuestro dinero en instrumentos y amplificadores, prefiero la satisfacción personal de saber que alguien se molesta en escuchar mi música a las treinta pesetas que me tocan por cada copia vendida (la cuarta parte si el disco está de oferta o es comprado durante una campaña de televisión).

Si mi gerente, ese imaginario del que les hablaba antes, fuese listo, estaría de acuerdo conmigo. Por cada concierto que doy, gano, dependiendo del aforo y la generosidad del promotor, entre 15.000 y 60.000 pesetas limpias. Prometo que si acuden a alguno de ellos, no les pediré una fotocopia del código de barras del CD para entrar. Como todos los músicos que hayan hecho las cuentas, sé que son más rentables 100.000 fans piratas que llenen mis conciertos a 10.000 originales.

El mp3, Napster o Gnutella tampoco van a acabar con la música. Ni con la mía ni con la de nadie. Les aseguro que, afortunadamente, puedo prescindir de las 14.000 pesetas mensuales que generan mis derechos de autor y mis royalties. A Metallica, y a cualquier grupo superventas, la regla, aunque sus cifras sean mayores, le vale igual. Dan mucho más dinero los conciertos, las camisetas y los anuncios que un grupo de su fama puede grabar, que el royalty (entre el 8 y el 15% del precio de venta a mayorista) que pagan las multinacionales por disco vendido. Es cierto que las compañías discográficas costean la grabación y la promoción de los músicos, pero ¿conocen algún otro negocio en el que el reparto entre los que aportan la idea y la mano de obra y los que ponen el dinero sea tan desigual? Les confieso que no entiendo las razones que movieron a Metallica y compañía a poner la cara por sus patrones. Todo, para que sus fans se la partan, pacte Dios con el Demonio y Napster pase de pirata a corsario. A mí se me habría puesto cara de tonto.

La distribución gratuita de las canciones por Internet no terminará con la creación musical, pero espero que sí lo haga con los abusivos tratos que impone la industria discográfica. Y eso que los 'juntanotas', con el tiempo, hemos mejorado bastante. Si los pobres músicos de blues de los años cuarenta –esos a los que el sello RCA (hoy, propiedad de Bertelsmann, el socio de Napster) pagaba seis dólares y una botella de bourbon por grabar sus canciones– oyesen los lamentos del batería de Metallica, Lars Ulrich...

No puedo alegar que no sabía dónde me metía cuando hace un año y medio firmé mi contrato con Universal Music. En aquella reunión, un alto directivo de la compañía me resumió en una sola frase los nueve folios del acuerdo: "Las discográficas somos un mal necesario". No lo voy a negar. Sin ellas, mi grupo jamás habría vendido 10.000 discos. Aunque estoy seguro de que sí hubiese podido regalarlos.



nacho@meteosat.org es periodista. Colabora en www.gsmbox.es, en el mensual GEO y se ocupa de "El Navegante", la sección dedicada a Internet de Informativos Telecinco 1:30. Su trabajo remunerado permite que iescolar@informativost5.com pueda pagar los teclados y el bajo con los que toca en el quinteto Meteosat, un grupo de Universal Music, la compañía de Metallica. Ambos correos electrónicos los responde la misma persona y su nick en Napster es redskai.

Los porcentajes de ventas de discos, entre otras muchas cosas, están sacados del polémico artículo de Courtney Love acerca de los desmanes de la industria del disco.

Pronto, un post con los mejores artículos sobre este tema que ya empieza a pasar de castaño oscuro.

sábado, 12 de marzo de 2005

viernes, 11 de marzo de 2005

¿Te acuerdas de?

¿Cuántas y cuántas conversaciones frikis habrán empezado con esta frase? Pues en esa línea va el último descubrimiento del Doctor Orloff, que sigue haciendo el trabajo sucio buscando en el lado oscuro y enfermizo de la red, y que se aprovecha sin pudor para este blog.

Esta vez se trata de la página de Retro Vandegrift, un sitio donde otro naïf nostálgico de mejores épocas televisivas se ha dedicado a colgar los openings de series míticas de hace años. En esa web se pueden encontrar cosas extremadamente bizarras, como por ejemplo la intro de David el Gnomo ¡en alemán!

Abrumado por tantos recuerdos (y tanta caspa, también), he seleccionado unos pocos openings que merecen la pena ser recordados.

En primer lugar, la intro de Dragones y Mazmorras, que la verdad en inglés pierde mucho ya que no está la musiquilla esa que todos nos conocemos de "tú el bárbaro, tú el arquero, acróbata, magos, y el caballero". Qué recuerdos de aquellos dibujos donde seguramente el Amo del Calabozo era mucho más cabrón que el propio Venger, ya que se deleitaba puteando con pruebas imposibles a esos pobres muchachos que sólo habían ido a pasar el día en el parque de atracciones y no había forma de que volviesen a su casa. Para que luego te fíes de la tercera edad.

¿Te acuerdas de...?

Por supuesto que en una selección así debe reservarse un hueco al Coche Fantástico con su protagonista de ortografía imposible, David Hasselhoff. Este hombre tras hacer el macarra en el asfalto pronto comprendió que ganaría más pasta haciendo el chuloplayas entre mujeres neumáticas, pero siempre nos quedará su cara de palo al volante de su superdeportivo, con reloj radio transmisor incluido. Por cierto, amenazan con volver con una ¿película?

¿Te acuerdas de...?

Ayer alguien me preguntaba si me acordaba de Alvin y las Ardillas. Me lo tenía que preguntar precisamente ayer, cuando aún tenía las retinas humeando por mi reencuentro con este opening que de pequeño me rompía los tímpanos con esas vocecillas agudas a muerte, y que me frustraba una y otra vez porque jamás lograba captar ni una palabra de la letra. Pues gracias a Internet he podido poner remedio a esa frustración infantil, y para castigo de los lectores de este blog, aquí la pongo (se siente Lily Maid, abriste la caja de Pandora):

Watch out cause here we come
It's been a while but we're back with style
So get set to have some fun
We'll bring you action and satisfaction

We're the chipmunks
C-H-I-P-M-U-N-K
We're the chipmunks
Guaranteed to brighten your day

When you feel like a laugh
Give us a call we'll give you a roll
And if you feel like a song
Tune in to us and sing right along

We're the chipmunks
Coming on stronger than ever before
We're the chipmunks
Alvin, Simon, Theodore

¿Te acuerdas de...?

Aunque resulte difícil de creer, hubo algo mucho más casposo, vergonzoso y lamentable que Naranjito. Esa cosa tiene nombre y apellidos: Sport Billy, una suerte de elegido por los dioses del Olimpo para ser un superatleta y luchar contra las sempiternas Fuerzas del Mal. Y de paso nos hacía polvo el cerebro hasta convertirlo en una sopa de materia gris licuada y mezclada con formol mientras nos vendían toda la parafernalia de las olimpiadas de Los Angeles 84.

¿Te acuerdas de...?

"When I wake up in the morning, and the clock lets out a warning, I don't think I'll ever make it on time". Así comenzaba el show de los chicos de Salvados por la campana, con mención especial a Screech, entrañable personaje que siempre quedará grabado a fuego lento en nuestro formol, digo cerebro, ¿verdad Orloff? ¡¡¡¡EEESSSCCCRRRIIIIICCCHHHHH!!!!

¿Te acuerdas de...?


Seguiremos de cerca esta web y esperamos impacientes las novedades. A ver con qué nos sorprende la próxima vez.

jueves, 10 de marzo de 2005

Me aburro

Eso es lo que debía pensar el autor de la página de World Jump Day. Un lunático que tiene demasiado tiempo libre y que se aburre, luego para pasar el día no se le ocurre otra cosa que sacar a la Tierra (sí, nuestro planeta) de su órbita organizando un salto multitudinario y simultáneo el día 20 de julio del 2006 a las 11:39:13 GMT (ni más ni menos...). Con cosas así, uno recupera la fe en la raza humana.

Agradecimientos al bizarro doctor Orloff por tan suculento enlace xD

domingo, 6 de marzo de 2005

Bambú y dagas

La última sorpresa venida del cine oriental (son tantas las buenas películas que nos llegan desde allí que empieza a dejar de ser una sorpresa) es La Casa de las Dagas Voladoras, de Zhang Yimou.

La casa de las Dagas Voladoras

Partiendo de una trama aparentemente sencilla, la rebelión de unos insurrectos contra el gobierno chino llevado por la dinastía Tang en el 859 AC, la historia lleva de la mano al espectador por senderos sorprendentes, giros esperados e inesperados hasta acabar hipnotizándolo. Pero no quiero detenerme en este aspecto del film, ya que vale la pena dejar que la gente vaya a verla y juzgue por si misma sin saber mucho más.

La casa de las Dagas Voladoras

En cambio quería resaltar otros aspectos de la película que son tan impresionantes como su guión. Hablo de cosas como su banda sonora, sus decorados y vestuario, las coreografías y bailes, y la fotografía y el entorno donde fue rodada la película, que es sin duda espectacular y aún me faltan palabras para describir lo que nos enseña el director en la pantalla.

La casa de las Dagas Voladoras

La escena inicial te clava en la butaca y a partir de ese momento uno permanece absorbido de principio a fin. Los vestidos son auténticas obras de arte, desde el más sencillo hasta el más barroco, todos ellos una delicia visual. La danza del Agua interpretada por la protagonista Mei y acompañada por una música de percusión es para verla una y otra vez y no cansarse nunca. Los decorados, a la altura de los trajes, con una riqueza inagotable de colores y detalles que hacen necesario el volver a ver la película solamente para recrearse en ellos.

La casa de las Dagas Voladoras

Y la fotografía... los paisajes son acuarelas de todos los colores de los que prácticamente se podría decir que son un actor más que el director ha sabido aprovechar jugando con los contrastes de los tonos otoñales, el blanco y el amarillo, la luz cegadora de un prado, la verde penumbra de un bosque de bambú.

Qué placer pasarse por el cine y ver una película así.

Carta abierta a productores y directores: si quieren hacer una buena película, busquen buenas ideas y escriban buenos guiones. Eso de los actores famosos y las caras conocidas es secundario. ¿Entienden? Bien.