Bajamos de las montañas hasta alcanzar el nivel del mar, donde allí también hay paisajes que invitan a estar sentado contemplándolos horas y horas. Demos un salto hasta un lugar del Cantábrico, a ver qué nos encontramos...
El palacio de la Magdalena, en la península del mismo nombre, levantado sobre acantilados cortados a cuchillo.
La isla de Mouro, con su faro vigilando la entrada de la bahía.
Los jardines de Piquío, separando las playas hermanas de El Sardinero.
La playa de El Sardinero, con el cabo de Mataleñas al fondo.
Siguiendo con El Sardinero, tenemos la península de la Magdalena y más allá el cabo de Ajo.
Un camino nos lleva de la mano sobre los acantilados...
...para alcanzar a ver panoramas como este.
Y desembocamos en la escondida playa de Los Molinucos, entre rocas y ganada por la marea alta.
El mar, la tierra y el cielo juegan juntos combinando sus colores.
Ya desde el puntal de Mataleñas, los acantilados nos cortan la respiración. Cien metros más abajo el mar rompe con fuerza.
Los acantilados verticales son impresionantes.
Y los prados que llegan al mismo borde del mar siempre están verdes.
El faro vigila esta costa tan bonita como peligrosa.
Los puntales de roca entran en el mar como cuchillos.
Peñacabarga al fondo, muy al fondo. La ciudad montañesa, y los acantilados. Un paisaje idílico.
Una vista de la isla de Mouro desde La Magdalena.
La isla de Mouro tocada por el sol.
Ya en la bahía, nos encontramos con el mar encajonado entre las montañas y la ciudad. Los barcos se deslizan tranquilamente sobre esta balsa de aceite.
La ciudad llega hasta el mismo borde del mar en un paseo marítimo que invita a recorrerlo una y otra vez.
El cielo cubierto imprime al mar este color turquesa.
Sí. Verde turquesa.
Un paisaje urbano, que también los hay muy bonitos por aquí, con la iglesia de El Carmen presidiendo la bajada.
La lluvia limpiaba las paredes de esta bonita catedral.
Y el tiempo gris hacía agradable andar por el paseo Pereda y sus jardines.
Ya lejos del Cantábrico nos encontramos por ahí perdida esta inquietante catedral gótica.......
Habrá que volver.
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5 comentarios:
Ay! viendo estas fotos me entra morriña!
Recuerdo un desayuno a base de cerveza y pulpo en plena playa de Somo, viendo enfrente todo Santander, recordando la juerga del día anterior (que debía ser martes) por las calles de la capital cántabra hasta casi las diez de la mañana...
Sus odio. Pero hay muchas cuestas...XD
Si, definitivamente habrá que volver; no obstante falta hacer reportaje sobre puerrito. El pobre lo merece!!!!XD
Liss
Ya haremos un reportaje sobre el Cid cuando visitemos Salamanca
Wayra
Saludos.
Soy de Santander y me han gustado mucho las fotos y comentarios. Parece que lo habéis pasdo bien :D
Sugiero un sitio que os podría ser interesante: http://tiempo.fiochi.com
Saludos ;)
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