El tener el ordenador encendido casi permanentemente está muy bien, pero tiene el inconveniente de que esa caja metálica llena de circuitos, el mejor amigo del hombre, dice "basta ya" cuando lleva funcionando tres años sin parar.
Así que con una fuente de alimentación quemada en una mano y un destornillador en la otra me presenté ante el mostrador de una tienda de informática, y con los ojos inyectados en sangre y restos de babilla calcificados en las comisuras de los labios me puse a gritarle al amable dependiente quiero-mi-emule-funcionando-ya-ya-ya-yaaaaaa. Ante tan sutil insinuación, desapareció en la trastienda por un breve lapso de tiempo, tras el cual volvió con una flamante, negra y lacada fuente ultrasilenciosa.
Con tan sólo 14 decibelios y 410 vatios de potencia, a partir de ahora podré escuchar las flatulencias de los vecinos. Ya no tendrán secretos de alcoba.
1 comentario:
JAJAJAJAJA. Muy bueno , en serio. Yo estoy pensando comprar esa fuente tambien.
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