Poco a poco se apaga (afortunadamente) el verano, y con él se van las escasas cosas buenas de la estación, entre ellas las piscinas. Llegado el segundo fin de semana de septiembre, esos lugares donde remojar el culo mientras las lagartijas se quedan patas arribas refritas por el sol van cerrando y despidiéndose hasta el año que viene, que promete ser más tórrido aún, para felicidad de los kioskos de helados y vendedores de refrescos a 3€, los muy ladrones.
Pese a que no echaré de menos la visión de las mamás humedeciendo sus lorzas mientras sostienen a sus bebés (que se ríen no porque se lo pasen bien, sino porque se están meando en el agua y los muy hijos de puta lo saben y disfrutan jodiéndote con ello), me despido no sin un poco (muy poco) de morriña.
Por lo demás, a ver si escribo un poco más por aquí, ahora que las meninges van a dejar de sudar.
3 comentarios:
Empezaba a pensar que este blog descansaba en la papelera de reciclaje....
Bueno es que vuelvas...
Contra el calor, aire acondicionado y helados. Y así el verano es en realidad una bandición para los que nos quedamos en las ciudades.
Sin tráfico, sin casi ruidos, sin gente... ¡es genial!
Ale Latoso, bienvenido, y a escribir en el blog. :P
eeeh me encanta esta foto tio, pasamela, es muy buena, me encanta este azul!!
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