domingo, 5 de diciembre de 2004

Ríndase, la resistencia es fútil

Al entrar en el metro. En el tren. Los ascensores. Los parkings. Las salas de espera. Las tiendas. Algunas calles. ¡Incluso en la playa! ¡Hilos musicales hilos musicales hilos musicales hilos musicales hilos musicales! Cuando la música deja de ser un placer para convertirse en una obligación y se vuelve ruido.

Comento esto inspirado tras leer El Odio, un libro de Ramón de España que, pese a su título es un ensayo humorístico para mearse de risa que resulta muy recomendable como terapia para cuando se esté asqueado de toda la humanidad.



No puedo evitar citar un pasaje de un capítulo que empieza apuntando a la música "por obligación" y que acaba divagando sobre las lacras musicales que sufrimos hoy en día. El texto en concreto trata sobre los raperos:

No sé qué opinaran ustedes, pero yo creo que los raperos tienen un problema de actitud y de relaciones públicas. Puede que a alguien le guste que un negro vestido con un chándal multicolor y cubierto de cadenas de oro le lea la cartilla desde la MTV mientras le dice, con no muy buenas palabras, que es un blanco hijo de puta al que responsabiliza personalmente de lo mucho que sufren los hermanos allá en el Bronx. Pero a mí, con franqueza, me toca las narices. No soy negro, ni siquiera soy norteamericano, nunca he explotado a nadie y no tengo por qué aguantar que un tipo con unas gafas de uso común en el planeta Plutón me amenace y me señale con el dedo mientras se contorsiona ante una cámara haciendo sonar su repugnante bisutería espacial. Y si quiere decirme que soy un cabronazo, por lo menos que me lo diga con música, que no se limite a largar sus reproches como si estuviera en el púlpito de una iglesia abarrotada de pecadores.

Esa actitud hostil me lleva a responderle de la misma manera. ¿Así que me odias, negro de los cojones? Pues yo a ti también, y cada vez que salgas por la tele señalándome con el dedo cambiaré de canal. Y por cierto, en vez de tomarla conmigo, ¿por qué no te preguntas a qué se debe que tu comunidad no avance ni a tiros mientras hispanos y asiáticos cada día se lo montan mejor? Ya, claro, es más fácil echarle la culpa de todo al hombre blanco, ¿verdad?

Delicioso. Y así repartiendo a diestro y siniestro en varios temas, desde la prensa a los políticos pasando por el fútbol, el amor, y lo que él llama el bonismo, algo así como la sacralización de la cultura del Buen Rollo en esta sociedad. Y por supuesto, la música.

Para los que quieran pasar un buen rato, que disfruten del odio.

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