El Pacto de Toledo para retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años ya tiene el apoyo del Parlamento y en pocos días se aprobará un anteproyecto de ley donde se recogerá este punto.
Aparte del asco que me da nuestra casta política, seguro que los subnormales de siempre -alias UGT y CCOO- no se molestarán en montar una huelga general para frenar lo que ya es imparable. Si acaso tratarán de repetir el paripé del pasado mes de septiembre, no vaya ser que muerdan demasiado la mano que les da de comer y se queden sin los miles de millones que reciben en concepto de sopa boba. Bueno, creo que después de la vergüenza ajena que protagonizaron ya no se atreverán a convocar nada por un buen rato, que calladitos están más guapos. Mientras en otros países las movilizaciones se hacen en su debido tiempo y las veces que haga falta, aquí la voz de su amo se limita a lamer las migajas que el Gobierno le tira al suelo, cuestión de mantenerlos contentos, callados y bien amordazados.
Por cierto, propongo una adivinanza a mis lectores: ¿qué dos partidos mayoritarios acaban de rechazar endurecer el régimen de incompatibilidades y limitar las pensiones vitalicias de los ex-presidentes?
De verdad no sé cómo se puede ir por la vida presumiendo de votar a alguno de estos dos. Patético.
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