Desde aquí os deseo a todos unas muy felices fiestas. Empachaos a comer y a beber, y que le den a las dietas. ¡Feliz Navidad, y feliz Año Nuevo para todos!
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Felices fiestas
Desde aquí os deseo a todos unas muy felices fiestas. Empachaos a comer y a beber, y que le den a las dietas. ¡Feliz Navidad, y feliz Año Nuevo para todos!
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sábado, 13 de diciembre de 2008
¡Nieve!
Empezó a caer a las 10 de la mañana, y sigue y sigue y sigue..... ¡Cómo echaba de menos esto!
Actualización: y siguió y siguió y siguió... Fue curioso ver a una quitanieves despejar las calles del pueblo.
Actualización: y siguió y siguió y siguió... Fue curioso ver a una quitanieves despejar las calles del pueblo.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Invierno que te quiero invierno
Parece que el invierno en este año ha llegado fuerte. Eso se ha traducido en frío, lluvia, nieve, cielos plomizos. Y eso es algo que siempre me ha gustado. Además de por la estación en si, también porque te puedes escapar a sitios para ver el paisaje más bonito que uno se puede encontrar: la montaña cubierta de un manto de nieve, la ropa que mejor la viste.
Ya era hora de que llegara el Invierno. Ojalá llegase para quedarse.
Ya era hora de que llegara el Invierno. Ojalá llegase para quedarse.
martes, 9 de diciembre de 2008
miércoles, 26 de noviembre de 2008
jueves, 20 de noviembre de 2008
Jaws
De los muchos personajes bizarros que han aparecido en la larga saga de James Bond, uno de los que más me ha atraído la atención es Jaws. Ese gigantón cabroncete pero con la sensación de que en el fondo es un pedazo de pan, interpretado por Richard Kiel siempre me fascinó por esos enormes piños de metal macizo que le pusieron en las películas de La espía que me amó, y Moonraker. Con sus impresionantes 2'18 metros y sus mandíbulas de acero dio el pego perfectamente como asesino en la saga de nuestro agente favorito. Va por él.
domingo, 9 de noviembre de 2008
domingo, 2 de noviembre de 2008
Anime y física cuántica
En física cuántica se suele decir que si no has comprendido nada, es que ya le estás empezando a pillar el truco al asunto. Salvando las distancias, ésta máxima se podría aplicar a la serie de anime más absurda, descerebrada y loca vista hasta el momento: BoBoBo.
Tratando de abreviar, la serie va de BoBoBo el Liberta-cabelleras, que lucha contra el Imperio Margarita para salvar la libertad capilar mediante sus técnicas de ataque del pelo nasal.
A lo largo de diferentes lugares del mundo, BoBoBo irá ganando adeptos a su causa para luchar contra los enemigos en combate singular -y ultra absurdo- para llegar hasta el final y derrocar al malvado Bola de Billar IV.
BoBoBo irá conociendo a nuevos amigos que unirán sus conocimientos de Lucha Absurda para tratar de alcanzar el éxito en tan sagrada misión. Los personajes más importantes son:
Beauty: es la única persona cuerda de todo el grupo. Fue salvada por BoBoBo cuando estaba a punto de ser pelada al cero por un Cazador de Pelo al servicio del Imperio Margarita. Desde entonces es fiel a la causa de BoBoBo.
BoBoBo: con su técnica de Poder del Cabello Nasal, es el azote de todos los Capitanes de División del Imperio Margarita. Con dos largos pelos que le salen de la nariz a modo de látigos, no deja títere con cabeza. Otros detalles absurdos: una pareja de ancianos viven en sus cavidades nasales, y de su pelo afro salen todo tipo de personajes a cada cual más absurdo y disparatado.
Don Patch: un avezado Luchador del Absurdo con forma de naranja con pinchos. Está como una puta regadera, y ese es precisamente su punto fuerte. Se hace aliado de BoBoBo tras ser derrotado por él.
Heppoko-Maru: un chaval de 16 años, casi tan cuerdo como Beauty, pero sólo casi. Lo enfermizo de este personaje es que su ataque principal es a base de pedos, que los lanza contra sus enemigos. Ojo a su técnica letal, Golpe Ventosero.
Dengakuman: era el capitán de la División Z del Imperio Margarita, pero cayó derrotado fulminantemente por BoBoBo y compañía. Aunque tiene su ataque de Golpe Dengaku, es bastante inútil. Lo único reseñable es que es muy mono pues se parece a un peluche y tal...
Destapeman: el personaje más descabellado de la serie, si es que se puede establecer alguna gradación en ese sentido. Es un ser que va por la vida vestido únicamente con una sábana, y luce una perilla impresentable y una coleta penosa. Empezó siendo un enemigo de BoBoBo, y su técnica es el Destape. Con sus manos se levanta la sábana y al grito de ¡toma tema! le enseña sus encantos a sus rivales horrorizados que caen como moscas. Afortunadamente, unos focos encendidos oportunamente crean un contraluz que evita daños mentales a la audiencia. Sí, es enfermizo, no tratéis de comprender.
Impredecible: el protegido de Don Patch, o eso dice él. Joven de 24 años, alto, rubio, tiene todas las papeletas para no protagonizar ésta serie, pero lo sentimos por él... Su técnica especial es el Ataque Cerradura con el que cierra el corazón de sus rivales.
Softon: aunque a primera vista puede parecer que está como una regadera, la realidad es que está como para que lo encierren en un psiquiátrico. ¡Je! Qué os creíais... Todo el mundo duda si su cabeza se parece más a un helado de fresa o a una boñiga. Siento comunicar que la serie no aclara este punto. Su ataque más importante es la Sagrada Lucha Ancestral de Babilonia. Militaba en la División C del Imperio Margarita y se unió al grupo de BoBoBo tras ser derrotado por los que son sus actuales compañeros de lucha.
Tokoro Ten no Suke: la historia de este personaje es bastante lamentable, pues es un hombre de gelatina que vivía abandonado en un supermercado porque estaba caducado (¿?). Su papel en la serie es recibir hostiazos una y otra vez, o que lo corten en pedazitos. Sus propios compañeros no le tienen ningún respeto y por ello le utilizan como escudo para recibir fostiazos o bien como arma arrojadiza ya que es siempre lo primero que tienen a mano. Su ataque es el penoso Combate Tembleque o el inútil Combate Nu. Es un desgraciado. Cuesta creer que fuese el capitán de la División A del Imperio Margarita. Tal vez por eso fue derrotado en un abrir y cerrar de ojos.
La chica torpedo: inicialmente al servicio del Imperio Margarita, siempre quiere destruir a los que hacen tonterías. ¿Por qué? ¡PORQUE ES ES SU OBJETIVO! Con su peculiar forma de misil y dos sensuales piernas femeninas, es de los personajes más disparatados de la serie. Tras ser derrotada por BoBoBo, se alineará de su parte con el objetivo de derrocar al malvado Bola de Billar IV.
Cañonero: con un tupé que iguala al del penoso Loquillo, es un antiguo compañero de BoBoBo en el aprendizaje de la Técnica del Cabello Nasal. Pero cuando el maestro de ambos -que por cierto, era una lata de refresco (¿?)- le echó del Dojo, utilizó la técnica del Pelo Nasal para hacer el mal. Desde entonces le guarda rencor a BoBoBo, que fue nombrado como 7º Heredero de la Técnica del Pelo Nasal.
Todos estos personajes se enfrentan a centenares de enemigos que están al servicio del Imperio Margarita, a cada cual más absurdo y demencial, pero mejor le ahorraré los detalles a los lectores, por el bien de su salud mental.
¿Habéis comprendido algo en todo esto? Pues ya le estáis pillando el truquillo. ¡Qué razón tenía Schrödinger!
Tratando de abreviar, la serie va de BoBoBo el Liberta-cabelleras, que lucha contra el Imperio Margarita para salvar la libertad capilar mediante sus técnicas de ataque del pelo nasal.
A lo largo de diferentes lugares del mundo, BoBoBo irá ganando adeptos a su causa para luchar contra los enemigos en combate singular -y ultra absurdo- para llegar hasta el final y derrocar al malvado Bola de Billar IV.
BoBoBo irá conociendo a nuevos amigos que unirán sus conocimientos de Lucha Absurda para tratar de alcanzar el éxito en tan sagrada misión. Los personajes más importantes son:
Beauty: es la única persona cuerda de todo el grupo. Fue salvada por BoBoBo cuando estaba a punto de ser pelada al cero por un Cazador de Pelo al servicio del Imperio Margarita. Desde entonces es fiel a la causa de BoBoBo.
BoBoBo: con su técnica de Poder del Cabello Nasal, es el azote de todos los Capitanes de División del Imperio Margarita. Con dos largos pelos que le salen de la nariz a modo de látigos, no deja títere con cabeza. Otros detalles absurdos: una pareja de ancianos viven en sus cavidades nasales, y de su pelo afro salen todo tipo de personajes a cada cual más absurdo y disparatado.
Don Patch: un avezado Luchador del Absurdo con forma de naranja con pinchos. Está como una puta regadera, y ese es precisamente su punto fuerte. Se hace aliado de BoBoBo tras ser derrotado por él.
Heppoko-Maru: un chaval de 16 años, casi tan cuerdo como Beauty, pero sólo casi. Lo enfermizo de este personaje es que su ataque principal es a base de pedos, que los lanza contra sus enemigos. Ojo a su técnica letal, Golpe Ventosero.
Dengakuman: era el capitán de la División Z del Imperio Margarita, pero cayó derrotado fulminantemente por BoBoBo y compañía. Aunque tiene su ataque de Golpe Dengaku, es bastante inútil. Lo único reseñable es que es muy mono pues se parece a un peluche y tal...
Destapeman: el personaje más descabellado de la serie, si es que se puede establecer alguna gradación en ese sentido. Es un ser que va por la vida vestido únicamente con una sábana, y luce una perilla impresentable y una coleta penosa. Empezó siendo un enemigo de BoBoBo, y su técnica es el Destape. Con sus manos se levanta la sábana y al grito de ¡toma tema! le enseña sus encantos a sus rivales horrorizados que caen como moscas. Afortunadamente, unos focos encendidos oportunamente crean un contraluz que evita daños mentales a la audiencia. Sí, es enfermizo, no tratéis de comprender.
Impredecible: el protegido de Don Patch, o eso dice él. Joven de 24 años, alto, rubio, tiene todas las papeletas para no protagonizar ésta serie, pero lo sentimos por él... Su técnica especial es el Ataque Cerradura con el que cierra el corazón de sus rivales.
Softon: aunque a primera vista puede parecer que está como una regadera, la realidad es que está como para que lo encierren en un psiquiátrico. ¡Je! Qué os creíais... Todo el mundo duda si su cabeza se parece más a un helado de fresa o a una boñiga. Siento comunicar que la serie no aclara este punto. Su ataque más importante es la Sagrada Lucha Ancestral de Babilonia. Militaba en la División C del Imperio Margarita y se unió al grupo de BoBoBo tras ser derrotado por los que son sus actuales compañeros de lucha.
Tokoro Ten no Suke: la historia de este personaje es bastante lamentable, pues es un hombre de gelatina que vivía abandonado en un supermercado porque estaba caducado (¿?). Su papel en la serie es recibir hostiazos una y otra vez, o que lo corten en pedazitos. Sus propios compañeros no le tienen ningún respeto y por ello le utilizan como escudo para recibir fostiazos o bien como arma arrojadiza ya que es siempre lo primero que tienen a mano. Su ataque es el penoso Combate Tembleque o el inútil Combate Nu. Es un desgraciado. Cuesta creer que fuese el capitán de la División A del Imperio Margarita. Tal vez por eso fue derrotado en un abrir y cerrar de ojos.
La chica torpedo: inicialmente al servicio del Imperio Margarita, siempre quiere destruir a los que hacen tonterías. ¿Por qué? ¡PORQUE ES ES SU OBJETIVO! Con su peculiar forma de misil y dos sensuales piernas femeninas, es de los personajes más disparatados de la serie. Tras ser derrotada por BoBoBo, se alineará de su parte con el objetivo de derrocar al malvado Bola de Billar IV.
Cañonero: con un tupé que iguala al del penoso Loquillo, es un antiguo compañero de BoBoBo en el aprendizaje de la Técnica del Cabello Nasal. Pero cuando el maestro de ambos -que por cierto, era una lata de refresco (¿?)- le echó del Dojo, utilizó la técnica del Pelo Nasal para hacer el mal. Desde entonces le guarda rencor a BoBoBo, que fue nombrado como 7º Heredero de la Técnica del Pelo Nasal.
Todos estos personajes se enfrentan a centenares de enemigos que están al servicio del Imperio Margarita, a cada cual más absurdo y demencial, pero mejor le ahorraré los detalles a los lectores, por el bien de su salud mental.
¿Habéis comprendido algo en todo esto? Pues ya le estáis pillando el truquillo. ¡Qué razón tenía Schrödinger!
sábado, 1 de noviembre de 2008
Primeras nevadas
Cada año espero con impaciencia las primeras nevadas.
Por fin han llegado. Desde aquí les damos la bienvenida.
Por fin han llegado. Desde aquí les damos la bienvenida.
lunes, 27 de octubre de 2008
Amarillo chillón
Es una tarde calurosa de verano. Acabas de ver el telediario de TVE en una tele en blanco y negro, y mientras en la sobremesa suena la musiquilla de El Gran Circo de TVE de fondo, te vistes con tu chándal de lona azul y te calzas tus zapatillas Adidas clásicas con sus tres bandas blancas características. Unas gafas de sol estilo glam de muy dudoso gusto acaban de rematar el conjunto.
Sales a la calle y te rodean Seat 124 y algunos 600. Ocasionalmente también puedes ver algunos Ford Escort, unos pocos Mini y Citroën 2CV. Has llegado al cine de tu barrio, que está dos calles más allá. El lugar es un poco cutre, y la cartelera deja bastante que desear, cosa de la censura. Algún día conseguirás ver Emmanuelle sin tener que cruzar la frontera, pero mientras tanto te tienes que conformar con lo que hay.
Te atiende en la taquilla un hombre canoso y de aspecto aburrido. Cuando entras, el mismo hombre te pica el billete, te atiende en la tienda de golosinas, y hace las funciones de acomodador: todo un trabajador polifacético. La crisis del petróleo se ha hecho notar en la audiencia y para mantener abierto el cine, otros currantes se han tenido que ir a la calle.
Una vez en tu butaca, y después de la publicidad de una tienda de muebles local, empieza la película. Aparecen unas exóticas imágenes de Hong Kong, y la potente banda sonora de Lalo Schifrin atrona la sala medio vacía.
Efectivamente, estás en 1973, y acaba de comenzar Operación Dragón.
Cuando el joven Bruce Lee empezó a desarrollar su talento de luchador de artes marciales, comprendió que bien podría tener su oportunidad en el cine de acción repartiendo tortas como panes haciendo gala del estilo que él mismo inventó, el Jeet Kune Do. Pese a llamar a varias puertas para conseguir algún papel en Hollywood, el género de las películas que pretendía protagonizar y el factor racismo -o eso cuentan las malas lenguas- le llevaron a probar suerte muy lejos de su California natal, allá por Hong Kong. La isla, por aquél entonces aún bajo control británico, era una ciudad dinámica donde cualquier proyecto que diese dinero tenía las puertas abiertas. Allí, donde una pequeña industria emergente de cine de serie B tenía su audiencia fiel, Bruce Lee tuvo la posibilidad de protagonizar películas de artes marciales -películas de chinos como se llaman aquí- repartiendo por doquier su patada lateral, patada con salto, y patada giratoria, por supuesto todas ellas aderezadas con sus gritos ¡kiaaaa! de luchador marcial avezado. Bruce Lee ya era una estrella del cine de Hong Kong, todo un género en sí mismo, y sus películas se contaban por taquillazos. Pero le faltaba el éxito en los EEUU donde había nacido.
Fue entonces cuando el productor Fred Weintraub convenció a la Warner para que produjese una película con Bruce de protagonista. Como director elegirían a Robert Clouse, que también dirigiría a Bruce Lee en su film póstumo Juego con la Muerte, donde el malogrado actor protagonizaría, sin saberlo todavía, la que iba a ser su última película en vida, y que por otra parte profetizaría la muerte de su propio hijo Brandon Lee cuando rodaba El Cuervo. Por cierto, es también en Juego con la Muerte donde Bruce Lee apareció con su conocido traje amarillo avispa, traje que luego fusilaría/homenajearía Tarantino en su soporífera Kill Bill con Uma Thurman de protagonista.
Operación Dragón fue todo un éxito y no solo en Hong Kong, sino en EEUU y en todo el mundo. Dio a Bruce Lee el éxito rotundo que buscaba en occidente, y aunque ya era conocido, con ésta película se le asoció por siempre a las pelis de chinos, guantazos y patadas.
Sería injusto cerrar este post sin mencionar la cañera banda sonora de Lalo Schifrin, cargada de temazos que le van al largometraje como un guante. Este hombre, que además compuso también la BSO de THX 1138 y de la serie Mission: Impossible, consiguió una ambientación setentera con poderosas trompetas, guitarras psicodélicas, violines, todo ello aderezado del necesario toque oriental. El tema que abre la película no debería faltar en la discoteca de todo buen aficionado al cine.
Operación Dragón tiene un poco de todo lo que se le puede pedir a este tipo de metrajes: intriga, aventura, acción, una pizca de humor e incluso un buen guión. Todo empieza en Hong Kong. Allí, Lee es un maestro de artes marciales en un templo Shaolin.
Ese hecho le ha valido la invitación para participar en una competición que se celebra en una isla propiedad de un tal Han, y que se encuentra fuera de la jurisdicción internacional. Por ese mismo motivo, Lee es requerido por una organización de espionaje para infiltrarse en la isla y obtener las pruebas que nadie ha podido conseguir aún para incriminar a Han en el tráfico de drogas y la prostitución. Lee acepta el encargo, ya que además Han está ligado a la muerte de su hermana a través de su mano derecha, Oharra.
De camino a la isla de Han, conocemos a otros personajes secundarios que se alinearán más adelante del lado de Lee. El primero es Roper, todo un playboy y jugador empedernido que le debe hasta los calzoncillos a la mafia americana. Sus conocimientos como luchador le han proporcionado la posibilidad de pelear en el torneo de Han, y de paso conseguir algún dinero para tapar las deudas con la gente tan chunga que anda tras él. El segundo es Williams, el típico negro del bronx, que huye de EEUU acosado por el racismo, que le llevó a defenderse a hostias de unos policías corruptos. Ambos personajes se conocen ya que fueron compañeros en Vietnam.
La isla se descubre como un auténtico fortín, donde no hay ni una sola arma de fuego pero a cambio Han se cubre las espaldas con un ejército de luchadores que entrenan incansablemente noche y día. Por otra parte, Han vive en la más absoluta opulencia en su palacio, dedicado a una vida donde mezcla el hedonismo más decadente -fiestas sin fin, banquetes y sexo- con actividades ilícitas relacionadas con la distribución de opio.
Una vez hecha la recepción de los participantes por parte de Han en una fastuosa fiesta, empieza el torneo. Lee, Roper y Williams ganan fácilmente las primeras rondas. Ya por la noche, Lee sale a hacer una pequeña incursión en los dominios del propietario del lugar, a ver si puede encontrar indicios que le incriminen.
Cuando parece que ha encontrado algo interesante, es sorprendido por los guardias, pero los fulmina sin pestañear, y deja pendiente para el día siguiente una visita más en profundidad. En cambio, Williams es sorprendido en una pequeña incursión nocturna, y paga un precio muy alto por ello. Es eliminado fulminantemente por Han.
Al día siguiente, Lee tiene el placer de enfrentarse a Oharra, el asesino de su hermana. Este personaje, por cierto, está interpretado por Robert Wall, otro actor especializado en artes marciales conocido por aquellos años. El combate es uno de los momentos álgidos de la película, y donde Bruce Lee despliega todo su arsenal de movimientos, velocidad, agilidad y flexibilidad. Un combate que ha quedado como uno de los grandes momentos del cine de acción.
Han, que también tiene sus motivos para haber organizado un torneo semejante, intenta convencer a Roper para que se una a su sindicato del crimen y le represente en América. Como señal de advertencia le muestra el cadáver de Williams.
A la mañana siguiente, Han obliga a Roper a enfrentarse a Lee como prueba de fuego que demuestre su lealtad. Ante su negativa, Han envía a su mejor luchador. A pesar de todo, Roper consigue la victoria. Cuando parece que ambos van a ser aplastados por las hordas de Han, llegan las tropas internacionales para tomar la isla.
El apoteosis llega con el final del filme, en la pelea entre Bruce Lee y el malvado Han haciendo uso de sus garras intercambiables. Como es manco, en su brazo izquierdo va acoplando diferentes armas, a cada cual más letal.
Bruce Lee al principio recibe de lo suyo y acaba bastante tocado. Pero pronto cambian las tornas. Ambos contendientes llegan a la sala de espejos, donde se desarrolla la parte más emocionante de la pelea. Es posiblemente la escena de combate más mítica en el cine de artes marciales.
Han consigue zurrar a Bruce, le hace sudar la gota gorda y le provoca graves heridas que le hacen sangrar, y a punto está de perder. Pero con tanto golpe y honor mancillado es cuando el amarillo de verdad se pone chillón.
¡Kiiiiaaaaaaa!
Sales a la calle y te rodean Seat 124 y algunos 600. Ocasionalmente también puedes ver algunos Ford Escort, unos pocos Mini y Citroën 2CV. Has llegado al cine de tu barrio, que está dos calles más allá. El lugar es un poco cutre, y la cartelera deja bastante que desear, cosa de la censura. Algún día conseguirás ver Emmanuelle sin tener que cruzar la frontera, pero mientras tanto te tienes que conformar con lo que hay.
Te atiende en la taquilla un hombre canoso y de aspecto aburrido. Cuando entras, el mismo hombre te pica el billete, te atiende en la tienda de golosinas, y hace las funciones de acomodador: todo un trabajador polifacético. La crisis del petróleo se ha hecho notar en la audiencia y para mantener abierto el cine, otros currantes se han tenido que ir a la calle.
Una vez en tu butaca, y después de la publicidad de una tienda de muebles local, empieza la película. Aparecen unas exóticas imágenes de Hong Kong, y la potente banda sonora de Lalo Schifrin atrona la sala medio vacía.
Efectivamente, estás en 1973, y acaba de comenzar Operación Dragón.
Cuando el joven Bruce Lee empezó a desarrollar su talento de luchador de artes marciales, comprendió que bien podría tener su oportunidad en el cine de acción repartiendo tortas como panes haciendo gala del estilo que él mismo inventó, el Jeet Kune Do. Pese a llamar a varias puertas para conseguir algún papel en Hollywood, el género de las películas que pretendía protagonizar y el factor racismo -o eso cuentan las malas lenguas- le llevaron a probar suerte muy lejos de su California natal, allá por Hong Kong. La isla, por aquél entonces aún bajo control británico, era una ciudad dinámica donde cualquier proyecto que diese dinero tenía las puertas abiertas. Allí, donde una pequeña industria emergente de cine de serie B tenía su audiencia fiel, Bruce Lee tuvo la posibilidad de protagonizar películas de artes marciales -películas de chinos como se llaman aquí- repartiendo por doquier su patada lateral, patada con salto, y patada giratoria, por supuesto todas ellas aderezadas con sus gritos ¡kiaaaa! de luchador marcial avezado. Bruce Lee ya era una estrella del cine de Hong Kong, todo un género en sí mismo, y sus películas se contaban por taquillazos. Pero le faltaba el éxito en los EEUU donde había nacido.
¡Quiero un Óscar!
Fue entonces cuando el productor Fred Weintraub convenció a la Warner para que produjese una película con Bruce de protagonista. Como director elegirían a Robert Clouse, que también dirigiría a Bruce Lee en su film póstumo Juego con la Muerte, donde el malogrado actor protagonizaría, sin saberlo todavía, la que iba a ser su última película en vida, y que por otra parte profetizaría la muerte de su propio hijo Brandon Lee cuando rodaba El Cuervo. Por cierto, es también en Juego con la Muerte donde Bruce Lee apareció con su conocido traje amarillo avispa, traje que luego fusilaría/homenajearía Tarantino en su soporífera Kill Bill con Uma Thurman de protagonista.
Operación Dragón fue todo un éxito y no solo en Hong Kong, sino en EEUU y en todo el mundo. Dio a Bruce Lee el éxito rotundo que buscaba en occidente, y aunque ya era conocido, con ésta película se le asoció por siempre a las pelis de chinos, guantazos y patadas.
Sería injusto cerrar este post sin mencionar la cañera banda sonora de Lalo Schifrin, cargada de temazos que le van al largometraje como un guante. Este hombre, que además compuso también la BSO de THX 1138 y de la serie Mission: Impossible, consiguió una ambientación setentera con poderosas trompetas, guitarras psicodélicas, violines, todo ello aderezado del necesario toque oriental. El tema que abre la película no debería faltar en la discoteca de todo buen aficionado al cine.
Operación Dragón tiene un poco de todo lo que se le puede pedir a este tipo de metrajes: intriga, aventura, acción, una pizca de humor e incluso un buen guión. Todo empieza en Hong Kong. Allí, Lee es un maestro de artes marciales en un templo Shaolin.
Ese hecho le ha valido la invitación para participar en una competición que se celebra en una isla propiedad de un tal Han, y que se encuentra fuera de la jurisdicción internacional. Por ese mismo motivo, Lee es requerido por una organización de espionaje para infiltrarse en la isla y obtener las pruebas que nadie ha podido conseguir aún para incriminar a Han en el tráfico de drogas y la prostitución. Lee acepta el encargo, ya que además Han está ligado a la muerte de su hermana a través de su mano derecha, Oharra.
Me llamo Guybrush Threepwood, y quiero ser pirata.
De camino a la isla de Han, conocemos a otros personajes secundarios que se alinearán más adelante del lado de Lee. El primero es Roper, todo un playboy y jugador empedernido que le debe hasta los calzoncillos a la mafia americana. Sus conocimientos como luchador le han proporcionado la posibilidad de pelear en el torneo de Han, y de paso conseguir algún dinero para tapar las deudas con la gente tan chunga que anda tras él. El segundo es Williams, el típico negro del bronx, que huye de EEUU acosado por el racismo, que le llevó a defenderse a hostias de unos policías corruptos. Ambos personajes se conocen ya que fueron compañeros en Vietnam.
Los más malotes jugando al Grand Theft Auto.
La isla se descubre como un auténtico fortín, donde no hay ni una sola arma de fuego pero a cambio Han se cubre las espaldas con un ejército de luchadores que entrenan incansablemente noche y día. Por otra parte, Han vive en la más absoluta opulencia en su palacio, dedicado a una vida donde mezcla el hedonismo más decadente -fiestas sin fin, banquetes y sexo- con actividades ilícitas relacionadas con la distribución de opio.
Fostiones como hogazas.
Un glan mago del oliente, Kin Kan Kun el Adivino, me enseñó su glan secleto que ela el súpel disco chino.
Una vez hecha la recepción de los participantes por parte de Han en una fastuosa fiesta, empieza el torneo. Lee, Roper y Williams ganan fácilmente las primeras rondas. Ya por la noche, Lee sale a hacer una pequeña incursión en los dominios del propietario del lugar, a ver si puede encontrar indicios que le incriminen.
Vamos a llevarnos bien, o aquí habrá hondonadas de hostias.
Cuando parece que ha encontrado algo interesante, es sorprendido por los guardias, pero los fulmina sin pestañear, y deja pendiente para el día siguiente una visita más en profundidad. En cambio, Williams es sorprendido en una pequeña incursión nocturna, y paga un precio muy alto por ello. Es eliminado fulminantemente por Han.
Al día siguiente, Lee tiene el placer de enfrentarse a Oharra, el asesino de su hermana. Este personaje, por cierto, está interpretado por Robert Wall, otro actor especializado en artes marciales conocido por aquellos años. El combate es uno de los momentos álgidos de la película, y donde Bruce Lee despliega todo su arsenal de movimientos, velocidad, agilidad y flexibilidad. Un combate que ha quedado como uno de los grandes momentos del cine de acción.
Patada, patada, codazo, puñetazo, patada.
Han, que también tiene sus motivos para haber organizado un torneo semejante, intenta convencer a Roper para que se una a su sindicato del crimen y le represente en América. Como señal de advertencia le muestra el cadáver de Williams.
Un recuerdo de infancia.
A la mañana siguiente, Han obliga a Roper a enfrentarse a Lee como prueba de fuego que demuestre su lealtad. Ante su negativa, Han envía a su mejor luchador. A pesar de todo, Roper consigue la victoria. Cuando parece que ambos van a ser aplastados por las hordas de Han, llegan las tropas internacionales para tomar la isla.
Te voy a pinchar como a un berberecho.
El apoteosis llega con el final del filme, en la pelea entre Bruce Lee y el malvado Han haciendo uso de sus garras intercambiables. Como es manco, en su brazo izquierdo va acoplando diferentes armas, a cada cual más letal.
Be water my friend.
Bruce Lee al principio recibe de lo suyo y acaba bastante tocado. Pero pronto cambian las tornas. Ambos contendientes llegan a la sala de espejos, donde se desarrolla la parte más emocionante de la pelea. Es posiblemente la escena de combate más mítica en el cine de artes marciales.
Espejito espejito, ¿quién es el chinorri más cachas?
Han consigue zurrar a Bruce, le hace sudar la gota gorda y le provoca graves heridas que le hacen sangrar, y a punto está de perder. Pero con tanto golpe y honor mancillado es cuando el amarillo de verdad se pone chillón.
¡Kiiiiaaaaaaa!
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